sábado, 10 de agosto de 2013

De las garras de la desmemoria, los límites de la comodidad y otros dilemas

A veces se siente tan lejos de su propia transexualidad.
Es imposible olvidarse del hecho de que es trans absolutamente todo el tiempo. Está ese momento incómodo cuando va a ducharse y recuerda que todavía tiene tetas. Maldito espejo, que no lo refleja solo cuando está vestido y se gusta. Y ponerse la faja, claro. Quizá cerca del día de la inyección, esa sensación de fiebre en la zona de la aplicación. O cada vez que se plantea la (im)posibilidad(?) de desnudarse ante alguien nuevo.
Pero el resto del tiempo, se hizo bastante fácil. Después de casi dos años de hormonación y muchas charlas con todo su entorno (incluidos decenas de alumnos, toda la -hermosa- gente con la que trabaja, familia, amigos, conocidos, amigos de amigos, gente del barrio, dueños de perros con los que juega el suyo, empleados de la parrilla de la esquina y un etcétera tan grande que hasta justifica un poco lo innecesariamente ansioso que se sentía antes de tenerlas), es un hombre para todas las personas con las que trata. Nunca más un "ella", su nombre anterior fue erradicado de la faz de la Tierra e imaginen su felicidad.
Pero.
Siempre hay uno, no? 
Qué pasa cuando el (joven?) hombre (trans) (que casi se olvidó que lo es) se da cuenta, en un momento de lucidez tan irremediable como inusual, que:
a. a veces se siente muy lejos de su transexualidad.-
b. eso no es tan bueno como hasta ahora sonaba porque es, de hecho y par siempre, un hombre trans.
c. hay una comunidad ahí afuera, de la que él optó por no ser parte, como siempre optó por no ser parte de nada que le de aunque sea una remota sensación de pertenencia.
Excepto. Pero ese excepto va a doler. Es un excepto interrumpido, aunque quiera creer con todas sus fuerzas (maravillosamente aumentadas por la testosterona) que no roto por siempre. 
Es ahí cuando el (mucho menos joven de lo que aparenta, eso seguro) (-más que moderadamente- atractivo, según pudo empezar a apreciar(se) recientemente) (sin ataduras -and isn't that just terrifying?-) (inusualmente lúcido a lapsos de inspiración) chico (porque se siente un chico todavía ante toda esta inmensidad que es vivir) trans recuerda que hay un "ambiente". O algo así. Y cuando su espíritu se rebela ante la idea de que haga falta un ecosistema especial para acomodar a la "gente como él" (There are no men like me. Only me.), se pregunta: jaula o lugar seguro? Y no es todo lugar seguro una jaula al final?

lunes, 5 de agosto de 2013

Yo quería perderme en el amor, naufragar en su océano y soñarlo infinito. Quería que su amor fuera mi reino, todos mis horizontes. Mi hogar, mi abrigo del mundo y de mis miedos.

Fue un error. El amor se convirtió en la tela que cubre los barrotes de la jaula del pájaro que se empeña una y otra vez en la misma canción, aunque ya nadie la escuche.
¿Y ella? Se queda debajo de mi piel. Hasta que volvamos a encontrarnos. Libres. Hasta que volvamos a ser música o encontremos un hilito dorado enredado en nuestros ombligos.
Ahora tengo que crear el mundo en el que quiero vivir.